JUEVES NEGRO:
El lunes el índice cayó 9,5 puntos y el
martes siguiente algunos valores perdían 3 puntos por hora vendiéndose ocho
millones de títulos. Sobraba papel,
faltaba dinero y aumentaban los intereses por éste
que llegaban incluso al 20%.
El viernes 18 de octubre de 1929 comenzaron a venderse acciones y cundió el
pánico en algunos sectores de Wall Street, saliendo a la venta 8 millones de
acciones, descendiendo ese día el índice 7 puntos, y el sábado otros 12 puntos. Sin embargo, inversores ricos, empresas de inversión y
bancos comenzaron a comprar convencidos de que sería una caída momentánea.
El 24 de octubre,
tras varias pequeñas bajadas, se produjo la primera gran caída, llegando a
descender la Bolsa
un 9%;2 pero en aquella ocasión no había un
banco que comprara las bolsas o una amalgama de inversores que pusiera freno.
El pánico fue tan grande que la policía debió clausurar la bolsa.
Se llegaban a ofrecer paquetes de acciones a un tercio de su valor, sin
encontrar comprador.
Muchos millonarios y ricos inversores se lanzaban desde los rascacielos,3 incapaces de asumir la gran depresión
que se avecinaba y que nadie quiso ver.
Con todo y con eso el Jueves Negro no fue el peor
día. Tras una recuperación el viernes, y otra pequeña el lunes, se produjo el Martes Negro (29 de octubre), donde el índice de la Bolsa descendió más que en
ninguna otra jornada de la
Bolsa. Las bajadas continuaron hasta el mes de noviembre
cuando se tocó fondo.
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